Cada día que pasa
Es más difícil amar amarnos
Volver a encontrarnos
Más doloroso mirarte a lo lejos
Negar los reflejos que aún nos atisban
Morder el silencio
Esconder los rasguños de la soledad
Oír tu tonada tan triste
Tan lejos
Mirar lo que has hecho por no perdonar
Por querer humillarme
Por creerte humillada
Mis manos vacías
Tus ojos sin nada
Los labios marchitos de tanto llorar
De tanto nombrarme
Por tanto nombrarnos
De tanto buscarte entre la penumbra
Mi almohada te llora
Mis manos te extrañan
Mis ojos te buscan
El alma suplica y tú como siempre
Siempre me rechazas
Para luego afirmar
Que fui eternamente el que te negó.
© Armando Cano.