Mis letras dormían.
Nadie supo.
Borré minutos al reloj
y me detuve en las lineas
febriles de tu cuerpo.
Mis letras dormían
en tu sonrisa
de media luna,
haciéndote versos.
De doce números
hice dos noches.
Mis letras dormían
en el disparo profundo
de tus constelaciones.
Era tarde.
Mis letras dormían
en cada una de las horas,
de tus poros nocturnos.
RoseMarie M Camus 2011 Copyright ©
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