En todo mi andar
no falta el hambre de muchos
ni el calor desnudo
ni horas perdidas en el altar del tiempo
mi misión es quitarle espinas a las rosas
como dolores a la vida.
Ir desempolvando caminos
no sin antes acabar con los gritos
del silencio.
Poner fin a la nostalgia
dejando a la intemperie anhelos no cumplidos.
Dar certidumbre a la incertidumbre.
Sorprender a la sorpresa
atragantando sus designios con hechos esperados
hasta el límite que han de cruzar mis pies
No siempre se hace lo que hubiésemos querido,
pero hacer lo que se hace con amor todo lo cambia,
así ha sido siempre,
porque solo el amor no envejece
aunque se tiñan de canas lo deseos
y de ausencia la justicia.
Es triste, pero así es mi país.
Hay noches que vuelvo adolorido
a leer de paz ya sin paz
y todo el poema del mundo
me sobrevive en un paisaje,
en un retrato.
Leyes de comida, con hambre;
leyes para casa, sin techo.
Puentes sin río.
Vidas sin futuro.
Llantos sin nombre…