De tu parte, tienes la hermosura larga y tejida
de tal forma que soy como un acorde, elevado.
Envuelto en alegría y locura, en clave de gozo,
dispuesto a girar la llave que selle la herida doliente,
dispuesto a poner lejanos los ayeres que pesan en tu hombro.
Voy yo mismo, escama por escama,
tendido en el contorno de lo profundo, asaltante.
Yo tengo y yo soy eso que pisará tu lengua
y perderá tu mirada de rastro de piedra preciosa.
Conozco y yo soy la letanía del fuego que dice:
Mil veces luz que besas mi brazo,
iré a encontrarme contigo y comernos.
Mil veces alivio de las penas,
tomaré tus caderas para no verme en cada espejo.
Mil veces razón para huir y cerrar,
hasta donde la aventura nos lleve,
hasta la visita primera al monumento.
Mil veces verlo desenvuelto, tendido y oferente.
Incensario de embriaguez, quieto, caliente, oscilante.
Brasa que la espera aviva
en su lugar y vuelta y media después.
Yo soy y tengo paciencia, porque sé que
donde quiero probar, hay mas que suficiente...