¿Dónde nace el pañuelo mas triste de una vida?
alma que ya ni escucha su desdicha,
lienzo que lamenta su partida,
¡ay rincón de vieja tela!
que desnudo se queda el olvido
que tan triste alimenta la pena.
Cosiendo los sueños mas viejos,
despedimos la voluntad,
portando en equilibrio,
un recuerdo cual sincero
no hay silencio mas natural
que un fenecer que reclama bellos sonidos
de un Beethoven, un Bach...
De vuelta a la vida,
¿viuda, que espera anhelar?
un ciprés pasto de plañideras,
resorte de aquellas ramas cansadas,
enhojadas de escuchar.
Atesora triste aquel pañuelo blanco,
añorada lágrima
ni el musgo la ha de tocar,
pues allí reposa entre puñaditos de tierra,
un silencio tan esclavo
¿que palabras nos ha de prestar?