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Que mis penas son canto (uno prohibido),
vuelan como noche inmaculada siempre,
duelen tanto que su sabor hace mi respiro
algo oscuro existiendo cuando me sienten.
Hay, dolor que me tiene para él florecido
por una mujer, la que generó esta suerte;
sin embargo, a pesar de saber ese destino
intenté como nunca (retenerlo y) quererte.
Sufrir en cada parte del cuerpo al sentido
de vaciarme en lo que respiraba de tenerte
me ha dejado paralizado por aire perdido
habitando en su lugar nada vacía e inerte.
Sin anestesia, de esa forma operaste tino
de una persona cuya razón era tu fuente,
la dejaste como un espíritu muerto vivo
con misión de vagar en la tierra sin verte.
Duele en mi corazón por todo esto vivido,
tal vez sí sea el no saber cómo es perderte;
tanto duele que ya no tiene ningún sentido
saber si me amarás después de la muerte.
Vito Angeli