Esta noche azul y serena
la luna se apiada de mis anhelos
me guiña con luces conspiradoras
dispuestas a ser el ungüento
de mi alma llagada
de mis manos clausuradas
de mis ojos de sal,
Luna, dulce luna
vuélveme polvo de estrellas
arrójame al viento del norte
al viento del sur
y deja que eternamente
me reescriba
en el borde nocturno
de su nombre
Nombre de hombre
engarzado en mi corazón.