Blas Roa

No siempre Eterno.

Me clasifico por ser eterno,

jamas por haberte tenido.

Me encuentro por ser de nadie,

me repito como los días.

Me trastorno en la belleza

donde mi pasado se llama hoy.

Soy tal vez, quien no soy

y me clasifico por ser eterno.

Eterno como la muerte

como el silencio de la luna.

Por ser menos romántico,

por arrojar piedras al río,

por exigir lo que no es mio,

por escribir lo que nos borra.

Me clasifico por ser eterno...

No confundas el hedonismo

con su hermana concupiscencia,

no camines por inercia

y que no seas tu 

quien me clasifique.

Me describo como eterno,

para pescar amor en la arena

buscar mi piel caripelada

en la palidez de tu piel de avena.

No me confundas con tu futuro,

eternizarme solo en cuentos

en la miseria de la sombra

en las pestañas de tu Dios.

Agonizas con un beso,

jamas los besos que no escuchas.

Pídeme lo que perdiste,

jamas mi eternidad,

mi eternidad que fluye tus párpados,

mi corazón que late en tu garganta,

mi canción de flauta dulce,

los radio-retratos que pintan,

tus curvas sobre la noche,

tus miedos en tercera dimensión,

tu risa y tu depresión

tu y un coro de sirenas.

En ti me perdí sonriendo,

asomado por la ventana

llevando flores al mañana,

me clasifico por ser de la nada,

conmigo, sin ti y sin nadie...

Me clasifico por ser mortal.

clasificando tuve que despertar,

equivocado por no ser perenne,

y eso también lo asumí. 

 

Blas Roa