Estoy influido por Cortázar
y la hora bienvenida,
que tarda mucho ya en llegar.
Tanto así, que cierro las cortinas,
releo viejos escritos
y noches de angustia en el diván.
Mí sordera involuntaria se incrementa;
no me importan los sonidos que aparecen
ni los gritos sugestivos en mi sala.
La cena y las tertulias
familiares
deberan irse a caminar.
Hoy no quiero nada humano,
deseo el cielo y su final.
Estoy influido por Cortázar,
soy como un loco y su distorsionada realidad.
Desnudo como una palabra
que no conoce el texto,
y predecible
como el dia que ya vendrá.
Hoy caminaré solo;
sin embargo,
mi séquito de pasados
no cesará de preguntar.