Dibujo tu nombre en cada cielo
otoñal.
Entonando dulces melodías que cubren
el pentagrama de nuestro espacio
romántico.
Me trabo en tus cabellos disfrutando la dicha de
conocerte.
Deteniéndome en tus labios para gustar la dulce
miel
que brota de ellos continuamente.
Robi.