A ti, que deambulaste en mi pensamiento por las noches,
Que me miraste con tus ojos de firmamento,
A ti, a la que invertí unas horas de mi paso en el tiempo contigo, sonriendo,
De vez en cuando tú lo hiciste con migo.
A veces lagrimas derramaste
Y una que otra vez me quisiste confesar tus sentimientos,
Te recuerdo, sonríe, mujer
Que es más linda tu sonrisa que esa lagrimas vertidas a la nada,
Quiero recordarte, con las mejillas de piel de manzana
Y quiero seguir viéndote en mi imaginación con esa melena negra al viento,
Que tanto me gusto estar junto ella,
Parecía a la libertad queriéndose escapar del humano ambicioso.
Quiero seguir viéndote, con esos labios de agua viva,
Que una vez quise beber de ellos…
Quiero recordarte asi, con tu delgadez de mujer arte,
La sencillez de callar antes mis gritos de desesperación de soledad.
Si viste dolor en mi espacio al partir, solo quiero decir…
“…nunca se ve lo que es importante”
Siempre buscamos lo que cada uno queremos.
Por ello, niña nocturna y silenciosa
que llenaste de flores mis noches de insomnio,
Que abriste la puerta de mi silencio con el verso,
tus cortos momentos fueron como pequeños tesoros en mis manos,
Aun los guardo aquí, los llevo con migo en donde voy ,
Y cuando la vida me cobra con tristezas, las descuento de ahí.
La alegría que me brindaste es infinita ante estos casos,
este tesoro que llevo en mis manos cada día va creciendo más.
…Quizás por ello me hiciste mucha falta,
Porque como humano, siempre queremos adueñarnos de lo más bello,
Nuestro egoísmos nos vuelve ciegos ante lo que miramos.
…sembramos un rosal, y cuando florecen, llegamos a cortar.
En mi espacio, siempre serás una flor naciente al sol,
De ellas que erguidas miran el horizonte al comenzar a brillar,
Nunca permitas que las sombras opaquen tu belleza.
A ti, niña nocturna, quise escribir mi verso.