En un encuentro divino de mis reflexiones
donde el dia a dia va consumiendo mi amor
y los recuerdos me persiguen sin razones
cual cuspide de sueños pierde su color.
El invierno abrazador cual tempano de hielo
se apiada de mi soledad triste y cotidiana
para no ahogarme en el desierto de tu cielo
preservando con su frio los restos del alma.
Mas no culpo al mundo por mi profundo lamento
fui yo quien elegio seguir tu empinado camino
absorbido por belleza, escribo lo que siento
para no caer en el llanto de tu abismo.
Y aunque el futuro me guarde un menu de amores
de su arada tierra naceran hojas marchitas
pero la experiencia vivida entre primores
sabre que como esta vida, ninguna es maldita.