marcquez

Soneto 5

 

 

En vano me protejo de esta idea,

me oculto inútilmente a tu mirada,

me aparto de tu estancia y vas a cada

espacio donde el alma se recrea.


De poco servirá que no te vea,

de poco la distancia que delgada

te arroja en transparrencia perfumada:

Natura exige que tu esclavo sea.


Yo juego a resistirme, a que pase 

de largo el ominoso y dulce dardo

el terno infante amor, y su locura,


pero ay de mí si acaso me rebase

la llama de pasión, que ya no tardo,

en ir a derrotarme en tu cintura.

 

Marco Quezada