Andrés Mª

DALE LIMOSNA, MUJER

Dale limosna, mujer,

que no hay en la vida nada

como la pena de ser

ciego en Granada.

(Francisco de Icaza-Poeta Mexicano)

 

Hoy contemplo a ese mendigo,

que se ha sentado en la acera,

que habla consigo mismo

pues no hay nadie que le atienda

y va rezando plegarias

de limosnas suplicantes,

con tristeza en su mirada

y sus labios vacilantes.

Y pasamos a su lado,

sin mirarle tan siquiera,

cual si fuera un apestado

o un intruso en casa ajena.

Pero la calle es de todos

y tendrá él sus motivos

para encontrarse tan solo,

sin domicilio y abrigo.

Dale limosna, mujer,

dale un euro, buen amigo,

pues todos podemos ser

de la vida unos mendigos.

Y si lo gasta en comer

o lo emplea en beber vino…

no le culpes porque él

no es consciente del destino.

El hombre se pone en pie

y despliega un bastón blanco.

Es ciego y no puede ver

que le miran de soslayo.

Recoge del suelo el cartón

sobre el que ha estado sentado

y buscará otro rincón,

donde seguir suplicando.

Dale limosna, mujer,

dale un euro, buen amigo,

pues él no ha elegido ser

ciego y a la vez mendigo.

 

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