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Mirando hacia arriba deidades
que habitan en los vastos cielos
sus pensamientos, sus verdades
sobre el amor generan recelos.
En los sentimientos retenidos
es bravía llama tan recurrente
conformandose en todo sentido
pasiones y odios entre la gente.
Una velada nocturna concebida
por dos deseosos así de alocarse
en lo sublime de la santa bebida
despiertan este fuego al besarse.
Iracunda ante daga albergada
en la cavidad por tanta pasión
arranca tormenta huracanada
marcando en sangre al corazón.
Miradas consentidas sin dolor
arropan sus lazos de efusividad
conjugando al verbo en un amor
para compartirse pura felicidad.
Amanecer con palabra afectiva
motivadora de infinitos sueños;
anochecer como ilusión corroída
matando al alma en su empeño.
Cual perdida ruleta posesionada
así son los designios de la diosa
rigiendo su voluntad impensada
los asuntos de la vida amorosa.
Vito Angeli