Te vi pasar por el callejón de este noble poema,
por las noches de pascua,tu carne entera
esbelta entre telas,y la mirada en el cajón.
Te vi pasar por el bulevar de esta humilde canción.
compuse un verso, rayando el asfalto
y sobre las moquetas deje una cicatriz.
Te vi pasar y me aprendí tu sonrisa
fugaz y resbaladiza, la tiza de tu labial
en el seno de lo trivial, de tus pestañas postizas.
Te encontré y te perdí donde no hay que buscar
la piel que has de rasgar, disparando con la mirada
dardos de cebada que me dejan descompuesto.
Tu vestido de neblina, tatuado en los bulevares
andina de sus lunares, tu belleza terrenal
andina tu voz manjar, Bendito Chucho Corrales.
Te vi pasar y me fume tu indiferencia,
notaste mi transparencia, y el rugir de mi corazón
cada vez que yo cante, con mi voz de chelo viejo
cada vez que te salude el cielo
cada vez que te vea pasar por esta humilde canción.
Blas Roa