Le dijo el río a Sevilla,
yo soy tu amante rendido,
pero Sevilla le dice
no quiero amores de un río.
Y el rió guadalquivir
que no quiere renunciar,
con llantos de caracolas,
se va a triana a llorar.
La esperanza trianera
que tanto ama a su río
bate palmas por fandangos
condenando el desafío.
Sevilla ya complacida
por la velá de Santa Ana
le jura amor eterno
bajo el puente de triana.
Las orillas va besando
el río guadalquivir
y canta las sevillanas
que en Sevilla hay que morir.
El río se pavonea
junto a la torre del oro,
recordando la hermosura
que nos legaron los moros.
Regando y cantando va
a claveles y buganvillas
que adornan con todo amor
a la ciudad de Sevilla.
Y se amaron para siempre
Sevilla y el guadalquivir
y bailan por sevillanas..
en Sevilla hay que vivir.
Ángel Reyes