Quise hacerle un gol a tu corazón
y me lo atojó tu bella sonrisa.
Ya estaba por quitarme la camisa
para celebrar de tanta emoción.
Y cuando vi que no ingresó el balón
tú te morías, pero de la risa
mientras yo quería salir de prisa
para llorar esa desilusión.
Pero, llegará el esperado día,
será, entonces, para mí, la revancha
y solo para mí brillará el sol;
Seré, entonces, yo quien de ti me ría
pues, será en esa mismísima cancha
que este joven poeta te haga el gol.
Autor; Jareth Cruz
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