Una tarde de verano conocí de tu belleza
Caminaba sobre la arena
En esa playa tranquila
Cuando vi el resplandor que irradiabas.
Me acerque tímidamente
y pregunté el nombre de la playa
donde bajan los ángeles del cielo para bañarse.
Te sonreíste coquetamente,
quisiste saber mi nombre
Florentino - respondí -. y soy poeta.
Adoro las playas tranquilas
Más si son donde se bañan los Ángeles
que bajan del cielo
para el gozo de los hombres.
Tu sonrisa ahora fue más gloriosa
y depositaste un beso en mi mejilla izquierda
Agregando una frase:
Te adoro…,
porque eres poeta.
Me sentí iluminado creyendo alcanzar el cielo
liviano como una pluma
y feliz como nunca lo estuve..,
según recuerdo.
Me tomaste de la mano y caminamos juntos
sobre esa arena suave
como polvos que usaba mi abuela.
Y corríamos y saltábamos, como adolescentes
que lógicamente yo.., ya no lo era.
Fue una tarde de aquellas que no se olvidan
y conversamos cosas triviales
sólo para estar unidos.., yo ¡deleitarme en su
belleza!...
Me dijo que era italiana de la estirpe de los Cesar.
De eso ni siquiera dudarlo
Cuello alto como de princesa
la tez de su piel como el mármol rosado
sacado de una cantera del cielo.
Y llegó el final de la tarde momento de despedida
tomé su delicada mano la bese con devoción sincera
me dijo: “pase una tarde maravillosa…,
que lindo que me encontraste y platicaras
conmigo”.
Sentí un desgarro en el alma sabiendo que la perdía…
“Nos veremos mañana?..”
“ ¡Mañana.!., me retorno a Italia, salgo de
Madrugada
y esta…, y esta es nuestra despedida.!!
Dos lágrimas se deslizaron bajando por sus Mejillas
dos lágrimas que se unieron a dos lágrimas mías
el encuentro de esa tarde fue tan bello
sin embargo fue muy triste
aquella despedida.
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Florentino Novoa Saavedra