"Me lleva a ti cualquier camino,/ me recuerda a ti cualquier canción./ si enloquecer sin ti es mi destino,/ no habrá siquiatra que me dé la razón".
Que si estás a la izquierda, que si a la derecha,
que si estás por allá donde señala la flecha
y voy para allá y no te encuentro.
Comienza a desesperarme esta espera,
te busco adentro y estás afuera,
te busco afuera y estás adentro.
Que si estás en el piso de abajo,
que ya te marchaste a tu trabajo,
que te busque en tu oficina;
que frente al salón de los espejos
se ve una mujer que a lo lejos,
pareces tú parada en una esquina.
Que eres tú la del vestido verde,
que por entre el tráfico se pierde
y no deja ver más su figura;
aquélla que en la iglesia reza,
que siente tanto cuando besa
que el eco de sus besos aún perdura.
Que eres aquella de gestos risueños
que le hace burlas a mis sueños,
que corre y corre y no se cansa;
que jamás se deja alcanzar por mí,
sabiendo que destruye así
mi último aliento de esperanza.
Que no existes, que todo lo imaginé;
que a pesar de buscarte no te encontré
y nadie me creyó mi historia.
Pues cuando por ti preguntaba
tu nombre no lo ubicaba
ni en el último rincón de mi memoria.