Un niño nos fue dado
nos lleno de excelencia
y de humanidad colmado
disipo con su clemencia
el abismo de nuestros pecados
¡ Que fe la del centurión ¡
curo a su criado sin recetas
como la fe de un gorrión
o de un alma analfabeta
que en la nobleza se parapeta
¡ Que discurso tan nuevo ¡
de este león y cordero
al monte le pone boca
y dando pasto a los ciegos
la traición la hace corona
la negación, negro clero
y la prostituta la copa
con el llanto de los cielos
su pan, su blanca toca
ese amor primero
con espinas corona el gólgota
y la lanzada sale de su pecho
su perdón, su brillante nota
abriendo con un ladrón el cielo
y penetrando de luz los espacios
con su corazón, su calido palacio
mísera cruz la mía
que la tuya cordero
me consume de agonía
y me abrasa en braseros
¡ tanto me abrasa ¡
que de vergüenza muero
abáteme, ponme a cero
cataliza mi energía
faro en el mar, buen lucero
madre que cría y guía
brasa de brasas
yugo y abrevadero
tapiz de manzanillas
camilla y brasero
cisco y labriego
rodeado de sándalos
que cortados del suelo
perfumaron a los vándalos
sin maderos acerados
quede yo acrisolado
Y con la corteza de tu rosada angostura
aromatizo los combinados
de las espumas, de los fermentados
mostos que me abruman
con tapizados prados
de palabras esmaltados
que escrituraron las plumas
de rectos enviados
a esta tierra de brumas