Desnudo,
como quién todavía no ha llegado,
como la palabra imaginada
y la caricia aún soñada;
desnudo como la huella del agua
de los surcos del camino.
Desnudo,
desafiando al nuevo día
con la belleza de lo que fue;
ramas erguidas –en voluntario ofrecimiento-
a la espera de la dádiva
del nuevo amanecer;
Desnudos al nacer y también al morir;
sólo vestidos de palabras por decir
y de tantas que olvidar;
desnudos ante la ofensa,
ante el castigo inmerecido;
desnudos ante el amor
y también ante su tragedia.
Desnudo camina el hombre;
a veces, en su triste desvarío,
ignora cuál su ropaje…
cual su camino.
(Jpellicer)