Esos labios jamás besados, me deslumbran
tan llenos de pasión, tan llenos de luz,
que me invitan a acercarme cada día.
Labios tan dulces, tan ricos, tan deseables,
tan caprichosamente sensuales.
Besos jamás probados, jamás llenos de tanta pasión,
pasión por esos labios tan llenos de sed de mí,
tan rencorosos, tan llenos de palabras
necias por momentos, llenos de verdad,
me gustaría verte solo un momento deseando
desear que mis deseos sean tus labios,
salvaje rio lleno de vino para mi tentación,
cada mañana, cada tarde, cada anochecer,
cerca, lejos, llenos, vacios,
vicio, vicio que llena de sed mi alma,
a mi aurora, a mi alma, a mis ganas de arrancar
de mi esa tentación por esa boca, boca que enloquece
mi sentir, que desespera como perro sediento
en un desierto, como el mar sediento de arena,
como sol llamando a la luna, lamiendo cada parte de ella,
besos, besos, negados, para vos, para mí, porque si,
por qué no, porque tal vez, porque me sonroja,
por la ternura de mis labios, por la suavidad de los tuyos,
sin tocarlos, sin rosarlos, solo deseando ser deseados,
solo enloqueciendo mis ganas locas, de volar hacia
el interior de mi ser, donde la primavera llegará
con cada dulce tentación, de besos adormilados,
besos que arrancan los labios, de aquel día en el que nos besamos,
en aquel mundo de fantasía que solo existe en mi.