Ayer noté lágrimas en tu rostro
tan confusas como los recuerdos
que entre neblinas
va borrando el tiempo.
Por un momento sentí que te perdía,
que nuevamente mis segundos
aruñaban las palabras
que susurra el silencio,
que nuevamente entre la noche oscura
crepusculos de tristeza
desnudarían el vacío
que en mi pecho dormía.
Ayer noté lágrimas en tu rostro,
tan confusas como la ilusión
que entre cortinas
ocultaba el viento.
Por un momento sentí que te perdía,
pero de tus labios repentina
se fijó una sonrisa,
como una dulce voz a los sueños,
como una dulce voz a el alma,
alma, que con un abrazo regresó.