Hoy se me ha roto el invierno,
con un sol extraordinario,
temperaturas creciendo
y el abrigo en el armario.
Y aquí estoy yo, junto al río,
con mi pluma y mi cuaderno,
con esa quietud que admiro
y me brota desde adentro.
Y las páginas en blanco
esperan que yo dibuje
superficies de vocablos
y de flores con perfume.
Pero yo tan sólo escribo
lo que veo y lo que siento
y a veces, aunque lo vivo,
es difícil exponerlo.
A veces los versos son
fotografías del alma,
instantáneas sin color.
sin photoshop y sin magia.
Pero tienen la belleza
de expresar lo que tú escribes
y encierran esa grandeza
de decir lo que percibes.
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