Ayer estuviste en mis brazos
Hoy mi corazón te reclama
Querida e inteligente hija
Eres para mi perla preciosa
Eres elixir para mi espíritu
Tus ojos rosal de jardín
Irradian en la obscura ausencia
De tus soliviantadas quehaceres
Impaciente tus brazos anhelo
Para festejar tus sueños… hija mía