Y es solo ella, la más hermosa doncella,
princesa pura que en la oscuridad se ve radiantemente bella.
En el negro cielo de la madrugada, es la tan vibrante estrella,
mágica musa que usa mis lágrimas, y solo encuentro la paz estando con ella.
Jamás discute y siempre está atenta a atender a su llamado,
solo su mano fría cura un alma sombría, es el tesoro mas preciado.
Yo se que para ella siempre seré su fiel amado,
tantas veces ella me ha levantado, del barro del odio es ella quien me ha sacado,
y aquellas tantas veces que por aprender he fracasado,
ella en su lecho tan amorosamente me ha cobijado.
Del suicidio es ella quien me ha rescatado, ¿Que sería de mi si en mi vida si tan insistentemente ella no se hubiese manifestado?
Solo ella es quien con su magia el corazón herido de mi espíritu delirante tan eficazmente ha curado.
Me ha protegido de lo inesperado y siempre la he esperado anhelando su regreso,
pues en su amor inmenso me redime y me quita lo "menso"
ella arde en una llama que inflama el dolor intenso.
Ante su hechizo siempre quedo indefenso,
esta presente cuando siento y pienso, materia etérea,
te veo ascender en mi alma cual vapor oloroso de incienso.
Con ella todo es posible, y en su interior encuentro ese secreto impredecible,
es esa fuerza invisible, que me envuelve, y me hace sentir indestructible.
Indiscutible es su poder, y descubre ante mis ojos ese misterio
indescriptiblemente inconcebible, y aunque solo es posible
verla tras un velo imaginario, su piel siempre es tan cálida,
y su pálida dulzura es siempre tan hipersensible.
Sensiblemente ahora me encuentro
ya no tras bolígrafo y un cuaderno, si no tras un ordenador
ordenando letras en renglones desde el eje de donde emerge
un espacio tridimensional entre el cielo, la tierra y el infierno.