Anclara en tu puerto,
y temblará lo sé
en su pico febril
por lo que dura el instante.
Llevará en sus labios ignorancia
del poema que es tu coito.
sin comprender las sales de tu mar
que alimentan todos mis sentidos.
Será su ganancia
matar el latido del orgasmo ácido.
y antes del amanecer,
recogerá sus miserias
llevándolas de puntillas.