SIN RESPUESTAS
Me canso de esperar una respuesta,
Y no percibo, más que un látigo llamado silencio,
Que golpea y lastima,
Que me hiere con dolor profundo.
Y me canso de esperar una sonrisa,
Pero tu rostro se ha vuelto un témpano, frio y seco.
Me canso de ir tu encuentro en la sala de espera de la noche,
Y no has de llegar.
Mi mente amortigua razones,
cual desdén
Que tu boca, ni una escuálida palabra argüir quiera.
Oh tristeza, no soy digna de ser declamada por tus labios,
No soy digna de escucharte,
Ni siquiera hablarte puedo,
Tu sola apariencia, se levanta como un héroe
Y yo, estoy como minúscula pavesa,
En un rincón, agazapada
En el férvido crisol de tu aprensión.