En un momento del día me pregunte ¿Cómo seria nuestra vida juntos? Solté una carcajada y así me reí de mi misma, porque ya estamos en esta vida juntos; claro, no somos una pareja normal, pero agradezco al cielo, a la vida y a Dios que somos una pareja que se ama de verdad, no tenemos que fingir amor, al contrario, debemos fingir que no nos amamos. Solo en algunas partes.
Todo el día estuve pensando en ti, en tu sonrisa, tu voz, sentí tu presencia todo el día, fue como si hubieses estado conmigo desde antes de que despertara, te dije lo mucho que te amo y era como si me contestaras, fue como si vivieras en mi casa.
Llego la noche y seguí pensando en ti, sintiendo tu presencia, oliendo tu piel y sentía tus labios cada vez que pensaba en besarte, pasaban las horas como minutos, mi cabeza estaba cansada, quería recostarse, pero mis ojos no deseaban cerrarse, tome un par de tazas de café para relajarme pero no pude.
Era como si me hubieran avisado que en cualquier momento de la madrugada llegarías a mi cuarto, no quería quedarme dormida, quería verte llegar por alguna de las dos puertas.
De repente ya me había cansado las pupilas y mis ojos comenzaron a cerrarse, cuando al fin cobré sueño, sentí que alguien acurrucaba su cabeza en mi pecho y abrazaba mi torso, tal como un niño abraza la vida, como un hombre se abraza de sus sueños, sentía como un ser lleno de ternura me abrazaba como si yo fuera lo que él más amara, y comencé a acariciar su cabello el cual reconocí enseguida , y la textura de su piel era inigualable, cuando abrí mis ojos vi que eras tú y te abracé con todas mis fuerzas toda la noche, soñando y a la vez viviendo el momento tan mágico.
Con esto sólo confirmo que no puedo estar sin ti y que me amas a tal grado que no me dejaras ir jamás.
Prometo no irme nunca de tu lado mi amo.
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Sonia Padilla Lomelin