Prendado de tus encantos,
me pierdo en el laberinto
de tu alma,
de soledad en soledad
divago en el tenue trazo de
tu figura,
incipiente amor contagioso
se extiende por la
tersura de tu piel,
tu amor puro y cristalino
confunde hasta al
mas aguerrido Don Juan,
verbo excitante tu voz
se desliza sigilosamente
en la noche para
el placer de los amantes,
las estrellas opacan
su brillo,
con tan solo una mirada
de tus destellantes ojos.
Mar de nostalgias
despierta los sentidos
con tu sola presencia,
pareciera que rodeada
de una multitud
de adulantes lisonjas,
tu risa desaparece
la soledad con un
mágico resplandor,
música errante tu nombre
despierta pasiones,
el intenso color de
tu fulgurante cabellera
oscurece al sol con
la brisa mañanera,
en el laberinto del amor
me desoriento
sin norte ni sur
para seguir tus huellas.
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Carlos Dos Santos Daniel