Quien podrá llamarse un hombre verdadero?
El que gobierna un mundo?
El que gana mil guerras?
El que prospera injustamente,
Fingiendo ser leal?
El que olvida su primer amor
Y traiciona sin temores al ayer?
O es aquel que sin tener misericordia
Desgarra corazones?
El que ha puesto la mirada en su propia fe,
Y no conoce de justicias?
El que abandona y tuerce su camino.
El que ha perdido indolente
La imagen del creador?
El necio, el de pesa falsa, el altivo,
El de caminar en desnivel?
El de labios de violencia.
El de sendas engañosas..’
Más bien será;
Aquel que busca el bien ajeno,
Y halle gracia sin igual.
Aquel en cuyo corazón tiene morada la verdad,
En el de caminar limpio
En el de santo meditar.
El que dice: soy de mi hacedor
A él me rindo.
El que ama sin dobleces,
Y honra con ternura la única flor de su jardín
El que no repudia el cristal de su juventud.
El que obtiene la riqueza sabiamente,
Sus habitaciones son llenas de abundancia
Y es colmado en todo bien.
Ese hombre verdadero,
Quien lo hallare, encontrara un don preciado,
Quien lo hallare, reconocerá en el,
Las marcas de su Dios.
El valor de este hombre, quien lo pesara?.
Algunos no saben que este hombre fue esculpido en la
Misma mano de Dios,
Que de su corazón, fue extraído.
Por eso es tan difícil de encontrarle,
Pero no imposible!
Porque muchos no estarán dispuestos
A pagar el precio de amar a su creador.
Pero este hombre será reconocido,
Pues no solo tiene amor, si no,
Que su corazón abunda en gratitud.
El será una luz que no se apaga en las noches.
El dará paz y alivio al que sufre,
Y su mano será guía para el ciego.
Su diestra revestida de marfil,
Para impartir justicia al desvalido,
Pero su izquierda abrazara en ternura sin igual.
Hombre verdadero, ¿donde estas?, déjate hallar,
Tu Creador te llama.
…
Autora: Bero Luna