En un palo blanco tallé
a un negro santo dormido
con la dulzura en sus ojos,
y el amor en la faz prendido.
En las manos un rosario
en el pecho la cruz de Cristo
en los pies cansados
las sandalias del camino,
que anduvieron los años
de gran amor peregrino
entregado a los creyentes
gentiles y a los nativos.
Se fué volando a la altura
por ese amor al divino
lo recuerdan por su paso
de esta vida en el camino