Repiquetean gotas saltarinas,
que bailan al compás de la lluvia
escucho su música y siento
como el viento las hace bailar.
Por la ventana veo el cielo
que de pronto se ilumina.
y en lo que dura un relámpago,
pude ver tu sonrisa.
Sabia que estaba delirando,
no podía tu sonrisa estar allí,
pero otra vez el rayo ilumino el cielo
y tu volviste a sonreír.
En ese momento entendí,
que vos también me estabas mirando.
Pues la tormenta nos conecta,
y nos sonreímos desde lejos.
Porque aún en la distancia,
nuestro amor es verdadero.