MIRIAM RINCON U.

EL PERIÓDICO AMARILLO

EL PERIÓDICO AMARILLO

Fue aquel bello jardín multicolor, tranquilo, se sentó en la banqueta donde murió su amada, colocó sus libros, periódicos, revistas, los cuales cada día  releía. Observó como siempre los patos y los cisnes compañeros de soledad y ausencias en tardes de aparente reposo. De vez en cuando soltaba de su garganta una  alegre risa y parecía que le hablaba alguien con gestos y ademanes de confianza, de conocerse toda la vida. ¿Sería senil locura la que ya amenazaba sus neuronas o era presencia real de aquella mujer a quien con sentimiento verdadero amó por tanto tiempo?
¿Sabemos acaso todo aquello que está detrás de la muerte?. Todos lo conocían en el pueblo, había nacido allí y aún caminaba sus campos y veredas, los pueblerinos sabían porqué estaba en el parque, los saludaban con amor, con respeto.

En un momento quiso levantarse con la energía de siempre, pero perdió el equilibrio, se fue de lado sobre la banqueta. Corrieron a auxiliarlo, su pálido rostro era cetrino, sus labios sin color eran patéticos, llegó un hijo preocupado con una ambulancia en la cual venía un médico, mas el anciano sólo preguntaba por un periódico. Una vez en camino al hospital, su último aliento fue encontrar ese diario que ansioso requería, lo tomó fuertemente y lo afincó en el pecho, volteó la cara como descansando y al momento su alma iba entregando.

Llegando al hospital su hijo, llorando con un artero dolor, rasgando el pecho, sacó los libros, periódicos, revistas. Pero le extrañó que su padre aún tuviera el periódico en su mano. Pidió al doctor le permitiera sacar de entre la mano de su padre, aquel periódico al cual se aferraba. Un mundo le costó aquel propósito. Al fin abrió la mano de su finado padre, buscó desesperadamente y encontró, casi en mitad del diario, una página cuyo encabezado decía: obituario. Entonces comprendió por qué su padre había cuidado con esmero aquel periódico ahora amarillento, allí estaba la notificación e invitación para las exequias de su inolvidable esposa.

 

 

 

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MIRIAM RINCÓN URDANETA.