En caída libre resbala
Los buenos tragos de verano
Cuando el olvido como bala
Entra entre despedidas en vano.
La aurora se hace laberinto
Que destella naufragio de aroma
Y el destino, una blanca paloma
Que parte a otro recinto.
La boca se vuelve torpe
Y habladora
Y cada hora
Que el calendario absorbe
No exhorta más desorden
Que la monotonía seductora.
Las póstumas diligencias
Empapan los labios que callan,
La distancia es una muralla
Y la ausencia la única diferencia.
Por eso guardo todo
Y lo derramo con tacto
Para enmarcar en un cuadro abstracto
Mi inútil modo
Y pésimo sentido
De siempre recordar los olvidos.