NO TE NEGASTE;
Al construir un universo, donde llevarme a vivir.
Al entregarme tú presencia y regalarme tu amor.
No te negaste, cuando atenuaste mi sufrir,
Sin importar que mis hechos te causaran gran dolor.
No te negaste,
Cuando lejos de ti, cual mortal y vagabundo
Me enseñaste que podía volver a tu camino.
No te importo si estaba perdido en este mundo.
Me dijiste:¡ vuelve a mi aun soy tu amigo!
Anduve de aquí para allá, remendado y herido.
Buscando salidas y con mil tropiezos;
En medio de azotes, estaba perdido.
Sabiendo que del pecado no saldría ileso.
Pero tú, no te negaste y me enviaste la salida:
Un amor crucificado, que sufrió por mi traición,
Que en él, llevo mis llagas, mi dolor y mis heridas,
Y clavado en el madero, desgarro su corazón.
Aun no te niegas a entregarme tu perdón,
¡Oh, mi señor!, no te merezco,
Cuando en mi indolencia, nuevamente te castigo.
Cuanto diera por no causarte más dolor,
Y decirte, en medio de todo: ¡te agradezco!,
Y no negarme jamás a tu pedido.