Dos notas del destino, simples sonidos
Vivir el sueño del rostro resentido
Por los años intrincados, las respuestas del horizonte nublado
Mi guitarra es de gustos estridentes
Y mis palabras son de suciedades permanentes
Sucumben las esperanzas de nuevas pesadillas
Gritando despierto al adyacente guardián de ojos sin sentido
Tápate los oídos y olvídate del mundo
De sus alegrías y sus gases nauseabundos
Disfruta los quejidos hechos música
Y duerme sin recelo al lado del portal
Al abrirse tu rostro sus delirios sentirá
Pues es el mensaje que quiere compartir los que se van.
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