Itinerante e indignado
seguirás estando,
con esa mirada sideral
que aunque irradies felicidad,
sigues amando oculto.
Fuerte, si fuerte,
porque te hace vibrar
los cimientos,
sin cambiar tu cordura, ni misión.
Nadie puede olvidar
tu loca sonrisa,
tus ojos brillantes,
el vértigo al escuchar su voz,
y el excitable corazón
cuando disimuladamente
observas su abultado abdomen,
y acaricias con tu mirada su tersa y morena tez.
Esparces placidez,
amas en silencio,
en hora buena
todo te molesta, todo te disgusta,
hay un vendaval misántropo
que te hace callar.
No olvidamos el sol de tu rostro,
la nostalgia,
el corazón aprisionado,
tus abrumadores recuerdos,
la mirada por la ventana,
y tú destino incierto.
Y sobretodo……. tu timidez.