En silencio, sin lágrimas lloro por mí. Siento temblor en mis labios, en mis ojos una niebla, porque nada puedo hacer por quien sufre, pienso y me gustaría, cuando mí cuerpo sin vida este en el ataúd, mis amigos no lloraran, solo oyeran la música que elegí para poner, en eses momentos, mientras viví a su manera me han dado su amistad, a su manera me hicieran compañía, oyeran mis desahogos, en suma me acompañaran, mismo estando lejos.
Seguro que el cuerpo se marcha, pero mí alma no, los iré siguiendo y ayudando siempre.
A quien no me ha dejado ser feliz, mejor que no aparezcan, no los quiero, junto a mí, a quien me hizo mal, con palabras, que tanto me lastimaran, a quien por actos irreflexivos, me cortaran el camino de la felicidad sencilla y inocente, que tanta vida me ha quitado, a eses no, que no estén junto a mí cuerpo que tanto mal le hicieran.
En silencio, mí música, la escucharan, recuerdos de mí tendrán, y una sonrisa deseo que la tengan, al recordar cómo era.
Pensando en esto, lo resultado es que mis amigos me acompañaran por toda mi vida y quedo feliz.
Que la enfermedad, el dolor, la soledad, la angustia, nunca, amigos míos de corazon, solo la felicidad y alegría, de vivir y querer soñar, vos acompañen siempre. Con el corazon vos digo estáis siempre en mis oraciones y en mí pensamiento. Aquí me tenéis pronta, para lo que vos haga falta y lo pueda regalar.