Perdí contacto con tus ojos,
mi mente te busca entre recuerdos
y recuerdo claramente el aroma de tu piel,
recuerdo que prometí ser fiel,
recordare por siempre aquellas frases escritas en un papel.
Eres la luz que divaga en medio de la soledad,
la crueldad te a acobijado, y aunque tú no has dejado
a un lado tu corazón, la desilusión te abrazo
y tus brazos por el dolor han sido atados.
He esperado tanto tiempo, en el mismo lugar,
donde nuestras almas entre sueños hace siglos solían jugar,
y sin pensar en el tiempo que corre,
escribo mil historias encabezadas con tu nombre,
pues este hombre no se ha olvidado jamás de amarte,
quien con paciencia aprendió a esperarte,
y a demostrarte con una poesía,
lo perfecto que sería volver a encontrarte.
Hemos perdido el rastro de los deseos de la infancia,
y la arrogancia del orgullo nos alejo de la mágica inocencia,
entre vivencias vacías vagamos sin parar,
para encontrar retazos de aquel sueño que intentamos salvar,
y rescatar al amor de una tortura sin final.
Pero al final solo encontramos trozos de esperanzas
y un manojo de recuerdos que el tiempo destrozó.
Es doloroso ver dos almas que se alejan,
es triste saber que al final son las lágrimas lo único que queda.
Es pasajera la vida que en la oscuridad se aleja,
el corazón se vuelve oscuro y el alma queda perpleja.
La moraleja de nuestra rara historia de amor,
es que el dolor no mata, que a falta de valor los corazones quedan solos.
Dos vidas se rasgan a la mitad, el destino avanza,
el tiempo corre sin piedad.
La felicidad se volvió una esfinge de cristal,
el amor quedo atrás como una estatua de sal.
El mar escondió sus olas, el bien fue herido por el mal,
las letras recrean el cuento de aquel encuentro que un día llego a su final.