Resuenan de alegría las palmeras
ondeando esperanzas peregrinas.
Del azul infinito de los mares
se eleva el rumor de la primavera
en cada ola, tus playas cristalinas
perfuman la arena, dibujan corales,
alumbran tus besos la noche entera
como estrella que aclara la neblina,
me lleva tu amor a dulces altares
donde los dioses tal vez quisieran
recoger el silencio donde terminan
tus piel de vivos colores, tan suave
que la noche profunda ilumina,
cuando mi cuerpo rendido se apague.
Es tu imagen de entrega total y ciega
que despierta los volcanes olvidados,
es que tú siempre me has dado
el fuego intenso que siempre niegan
las alcobas sin nombres, oscuras
que gracias a ti se han borrado
con las voces que en mi siembran
luceros que viajan a las alturas
como niño de ti enamorado.