Hector Adolfo Campa

Sorbos de vida...

Esta vida que me bebo sorbo a sorbo…
A través del recuerdo, de esos labios de escarcha….
A veces, de lo que tengo frente a mí, solo a veces…
Y últimamente me la bebo a tragos desmedidos, mirando el mundo, y recordando tu cuerpo…

Naufrago en ese océano que es el recuerdo…
Siento las olas chocar en la playa de tus momentos…
¡Inundas mi ser!, me dejas vagando entre las estrellas, cada vez mas lejos….

Tu mirada se esconde, tras la luz dorada en el horizonte…
Y yo sigo sumergido en las aguas de tu melancolía…
Tuya, siempre tuya, de nadie mas son estas aguas…

Veo dos almas errantes en la playa, no tienen destino fijo…
Y para que tenerlo, están juntas…
Como quisiera extraviarme contigo, hasta ese ocaso lejano…
Pero solo me hundo y hundo en esos ojos vivos, llenos de olas…

Las nubes rosada, como sus mejillas…
Naufragio hermoso, perdido en tus recuerdos…
La marea sube, como la presión en mi pecho…
¡Estallare! Tanta vida, tantos anhelos…

Las estrellas vienen y van….
Las nubes te buscan, como yo entre la marea…
Tu me guías, a perderme entre el infinito…

Ese estruendo de tu voz haciendo eco…
El viento tan frio como la ausencia de tu aliento…
Me sumerjo cada vez mas, bebo hasta dejar de respirar…
¿Cuanta vida se me va pensando en ti? No importa, seguiré bebiéndomela…

El barco de la melancolía se hunde, en ti se sumerge…
En tus manos tersas, en tu miedo al tiempo….

Me sumerjo en tu océano, y sus aguas son tranquilas…
Me vienen en sima tu presencia perdida, y la alegría…
Y mi pecho va a reventar, como las olas a mis pies…
Como esa espada de oro, que se clava en tus aguas…

Y me bebo tu vino grisáceo y brillante…
Con cada segundo que no paso a tu lado…
Con cada recuerdo que la marea me avienta a bocados…
Y la sigo bebiendo, hasta que un sorbo, tu y yo compartamos…