gatoconbotas_58

Soleado y a su sombra

“Yo soñé que volaba, o no lo soñé,

realmente al menos lo intenté,

luego supe que ya no era el de antes

y que esos momentos ya no volverían a ser,

que uno crece por dentro lleno de sus emociones

y cree que todo será eterno y que aquellas calles

nos llevarán hasta el todo y el todo será efímero siempre…”

 

Vivo de la palabra

y cuando la palabra no aparece

muero de la sin palabra

y así vivo y muero tantas veces.

Hoy, ayer, mañana…siempre,

la busqué hasta que se me cerraron los ojos:

soñé,

la vi, la tuve entre mis brazos,

nos dijimos tantas cosas,

balbuceamos,

nos temblaron los labios,

nos desfiguramos de cercanía,

de repente cada tiempo había perecido,

éramos uno y sin embargo éramos cada uno,

ella con sus cosas, yo con las mías,

fue fácil encontrarnos sin edades,

al fin y al cabo vivimos bajo las mismas soledades

condiciones tan soleadas y a su sombra.

¡Ay piedras angulares!

es muy difícil responderse

tantas geométricas cuestiones

cuando un estricto silencio se interpone.

¿Acaso no es lo mismo no-decir

que escucharnos indiferentes?

Muy por afuera nos compartimos

y supimos que nos amábamos

porque aún muy por adentro

nos caminaron las mismas razones.

 

“Verás que están frescas

como las uvas, como la tarde,

y así verás que aún son náyades.

Ah si yo pudiera y te tuviera...

Se avecina tormenta

lo declaran y se derrumban agobiadas

con su carga de lluvia a cuestas.

¡Qué les importa la distancia!

las gotas caen y aún

con sus cuatro alas

no vuelan.”