Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ
Ayer soñé,
Que todo el universo no alcanzó para que nos perdiéramos. Y contra las leyes de la física nos tele trasportamos, y nos vimos y sentimos... Que al fin, nos encontramos… siempre y más...
Que mi orbita estaba alrededor tuyo... y mi tiempo se convertía en el atajo de tus sueños. Tomabas mi mundo cual manto nocturno... Y me dabas un rincón de exclusividad en tu alma… Te adueñabas de mí, tal y cual siempre esperé…
Y como los dos últimos románticos de este cuento errante... Nos mirábamos, tomados de la mano...
Después salíamos pintando nuestros besos por los muros, como prófugos de una revolución... Y clandestinamente nos casábamos, solitarios, cada noche… bendecidos por los astros.
Ebrios de pasión, hundíamos nuestros cuerpos en la arena... náufragos del pudor... girando y girando… consumidos en salitre… enarbolando al amor.
Y susurrabas que me dejara caer, porque tus grandes alas eran para el abrazo entre dos…
Que ya nada sería olvido... porque escribiríamos, no una más entre tantas historias humanas de conquista o insurrección, sino el primer cuento del sufragio entre dos islas... unidas por el fuego original de las entrañas de la Tierra…
Que llevabas guardadas en tu alma, las milenarias semillas de la primavera, para cuando nos abatiera el invierno; y un manantial escondido entre tus labios, que sequía alguna vaciaría.
Y con un reflejo ancestral de mar en tus ojos, tiernamente… me entregabas tu inmensidad… dando paso a los sinuosos ríos que guardé en los tiempos de tu ausencia…
Ayer soñé…
Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ