Hemos fundado nuestro propio mar
en el secreto de la herencia nocturna,
entre sueño y besos, entre manos y tristezas.
A veces tu pan fue sin caricias.
Vaciaste la copa mientras el árbol dormia,
y las raices de la noche cubrian tu cama.
Nos entregamos al secreto de la luna y el abrazo,
de la danza,
y la imaginación.