MIRIAM RINCON U.

MI MUNDO FANTÁSTICO

MI MUNDO FANTÁSTICO

Quiero encontrar al Minotauro aquel con quien jugaba en la infancia. Preguntarle quisiera si cruzó a trote largo aquellos caustrales pasadizos de su enemigo el laberinto. Y si logró cruzarlo le pediré me lleve en sus lomos trotando, para aprender también los caminos oscuros que tanto me asustaban. Allí quiero encontrar una gran selva con gigantes zetas que puedan abrigarme de la lluvia, salir por la noche con el fuerte frío para sentarme en la luna menguante. ¡Visión maravillosa la que tengo al frente… todos los astros juntos!
Hay unos solitarios sin esposas ni hijos, por eso viven solos, ¿será porque ellos quieren o una misión les dieron? , es la segunda opción la más probable… el sol está solito pues se ocupa en generar calor para evitar que otros seres sin el mueran, dividiendo el planeta en que una parte está en día, la otra que esté en la noche. Por eso es que no descansa y para más nada hay tiempo.
La luna igual anda sola, tampoco se ha casado, pero su novio es el sol, también tiene su trabajo no permite que lúgubres sean las noches, por eso su luz les presta a los que andan por el mundo loquitos y enamorados, también escucha sus cuitas, sintiendo a la vez nostalgia por su amadísimo sol quien ahora está alumbrando la otra parte de la tierra.
Hay otros planetas que tienen familia, son esos anillos, los vemos girando a su alrededor, son muy obedientes, escuchan atentos mientras que sus padres les van enseñando como es de grandiosa esa bella casa que sin nada arriba, tampoco a los lados, ni si quiera abajo les ha dado abrigo por miles de siglo. Pasa un cometa, le agarro la cola con una gran fuerza, pues es super rápido, el me va llevando entre las bellezas que no había soñado ¡No puedo creerlo, es lo más hermoso que había mirado!
Ya encima del mar sin fuerzas me quedo, caigo en las olas, grandes, increíbles, que con bestial fuerza se van encrespando, parezco muñeca que se hace de trapo, siento al fin la muerte que se va adueñando, de toda la lógica guía de mis pasos. Ya no queda oxígeno el hoy va de paso. Siento entonces cama debajo del vientre no puedo explicarme lo que está pasando, es una ballena que me está auxiliando, mas oigo sonando junto a mis oídos, jubilosos gritos llenos de esperanza, golpeando mi espalda, sacándome el agua desde los pulmones como ni un bombero nunca habría podido.
Con sus trompas frías tocaban mi rostro, caricias extrañas, pero así calmaban el intenso miedo aun paralizante de todos los miembros de este cuerpo exánime, desperté en la playa. ¿Qué cosa, me dije?, si sabiduría hubiera en la tierra , como en el espacio y abajo del agua, felices seríamos porque habría hermandad, amor de verdad, ayuda sin pausa a quien necesite, sincera amistad, en cero la envidia, en cero maldad, y no nos matáramos sólo por un pan.

 

 

 

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MIRIAM RINCÓN URDANETA.