"Nuestra historia triste hoy la escribo/ y como escritor que tanto te quiero,/ no sé si sueño que estoy vivo/ o vivo soñando que muero".
Busco muy lejos una piel que deseo
y es tan imposible cruzar los mares.
Está en ti este amor en el cual creo,
en lo cautivante de tu profundo mirar,
en tu piel que hoy me es tan familiar
en cada poro, en tus pecas, tus lunares.
Busco muy lejos una piel que es la mía,
pues tocándote eres mi continuación...
Te tengo allí presente en cada fantasía,
pero me apena tener que imaginarte...
Tener que aguantarme y no abrazarte
con todas mis ansias, toda mi pasión.
Por más que extiendo ahora mis brazos
me duele que no haya modo de alcanzarte
y aunque día a día voy siguiendo tus pasos,
no deja de dolerme nunca la circunstancia,
de que sea siempre en esta cruel distancia
que yo tenga que abrir mi alma y amarte.
Busco muy lejos una piel que sudó conmigo,
no olvido que fueron benditos esos sudores,
una piel que me sirvió de escudo, de abrigo,
que hablaba de pasión, de deseo, de sueños,
que nos permitía a ambos sentirnos dueños
y de poemas lujuriosos ser los únicos autores.
Estoy aquí con desespero arañando paredes,
pues a pesar de lo lejos, percibo tu esencia,
duele saber que no puedo, que no puedes...
Que cada noche te tendré en mi mente clavada
y nostálgico le hablaré de ti a mi almohada
de cómo día a día me mató tu ausencia.