HOY, HE VISTO… MILAGROS
Redes, redes, telarañas/
la muerte contemplándome a su paso,
asfaltada vida la mía,
más dura que la piedra y el estaño.
Sinsabores de frío he sentido
degustando agonía en cada espacio,
el tiempo gime acariciando letanías
de un violín que en arpegio se ha trocado.
En lo oscuro e inmenso de la noche
habría dejado libre mi esperanza,
libre ya sin mí, en el vacío/
volando a otros cielos de bonanza.
Penumbras, soledades, recuerdos rotos…
anhelando volver a ser estancia/
paraje siempre lleno de alegría,
de aves, de colores y esmeraldas.
Ya sin nada, nada más que la desdicha,
los ojos como nubes yertos en lágrimas,
una mano blanca y casta como el alba,
abría mis tinieblas, en luz que me cegaba.
De arenas movedizas me sacaba
y al pozo en que moría lanzó su soga
y alas en la espalda me salieron/
sonrisas dibujándose en mi cara.
Y con pañuelo blanco y de azucenas
secó y cerró las grietas de mis lágrimas,
dejando en mí llover sólo el rocío,
el perfume de rosas que él me daba.
Y ahora vuelo yo a otros cielos,
de mano a mano voy con mi esperanza,
la esperanza de acariciarle un día
y vivir junto a aquel… que a mí, me amará.
La esperanza de estar junto a mi Cristo
besándole los pies por darme calma,
en una eternidad con mi Maestro,
en cielos de colores y esmeraldas.