Dorril

Eclipse endógeno

 

Tu ausencia atrapada en las profundidades de mi ser,

canta y baila y rie a mis expensas,

día y noche pasea por mi espalda,

como un ave se pasea por los cielos.

 

Muero y nazco cada día,

fingiendo así que este sentimiento marcharía,

mi corazón sin una gota, ya, de sangre ha quedado,

¿cuantas veces más he de morir por esta ausencia?

 

Las horas son quietas y sin tonos,

estas huellas tuyas que se han bebido mis recuerdos,

son verdugos de mi locura.

 

Los espejos son tan finos ahora y aún envejecen,

hay música detrás de ellos,

es un sueño de milenios en derredor,

la vida baila al son del fuego.

 

Y por estas pequeñas palabras donde rueda mi alma quebrantada,

sonaron las campanas del silencio,

donde nunca hubo tiempo,

donde nunca hubo espacio ,

y ahora me doy cuenta,

cuán solo he quedado.